Historia
La devoción al Sagrado Corazón de Jesús tiene su origen en el siglo XI, cuando los cristianos empezaron a meditar sobre las cinco llagas de Cristo.
Muchos años después, en 1670, el sacerdote francés Juan Eudes celebró la primera fiesta del Sagrado Corazón de Jesús, que hasta entonces nunca se había celebrado y no había oraciones previstas para dicha Eucaristía.
Sin embargo, el auténtico origen de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús se lo debemos a Santa Margarita María de Alacoque, quien a partir del 27 de diciembre de 1673 tuvo una serie de revelaciones de Jesús para promover esta devoción. En estas revelaciones, Dios le pide que extienda la devoción al Sagrado Corazón de Jesús por el mundo entero. Desde su pequeño convento de Paray-le-Monial, esta religiosa comenzó a extender la devoción hasta que finalmente, el 8 de mayo de 1873, la devoción al Sagrado Corazón fue formalmente aprobada por el Papa Pío IX.
Posteriormente, el 21 de julio de 1899, el papa León XIII recomendó urgentemente que todos los obispos del mundo observaran la fiesta en sus diócesis (influido por la Beata María del Divino Corazón).
Propagación en España
El 4 de mayo de 1733 el beato Bernardo de Hoyos, jesuita, tuvo una aparición de Jesús, el cual le dijo que le había escogido para difundir la devoción del Sagrado Corazón en España. Esta aparición incluyó una frase que pasó a ser conocida como la Gran Promesa: «Reinaré en España y con más veneración que en otras partes».
La consagración oficial de España fue realizada en Getafe, en el Cerro de los Ángeles, centro geográfico de la península ibérica, el 30 de mayo de 1919 por Alfonso XIII.
Propagación en Hispanoamérica
La República del Ecuador, el 25 de marzo de 1874, fue el primer país en el mundo que se consagró oficialmente al Sagrado Corazón de Jesús y al Inmaculado Corazón de María.
Más tarde, otros países también se consagraron al Sagrado Corazón de Jesús: El Salvador (1875); Guatemala (1895); República Dominicana (1895); León XIII consagra el mundo al Sagrado Corazón de Jesús (11 junio 1899); Venezuela (1900); Colombia (1902); España (1919, 1969, 2019); Nicaragua (1920); Polonia (1920); Costa Rica (1921); Brasil (1922); México (1924, 2006); Bolivia (1925); Honduras (1928, 1959); Argentina (1945); Chile (1946); Perú (1954, 1993, 2016).
¿En qué consiste la devoción al Sagrado Corazón de Jesús?
Santa Margarita escuchó a Nuestro Señor decir: «He aquí el Corazón que tanto ha amado a los hombres, y en cambio, de la mayor parte de los hombres no recibe nada más que ingratitud, irreverencia y desprecio, en este sacramento de amor.» Con estas palabras Nuestro Señor mismo nos dice en qué consiste la devoción a su Sagrado Corazón. La devoción en sí está dirigida a la persona de Nuestro Señor Jesucristo y a su amor no correspondido, representado por su Corazón. Dos, pues son los actos esenciales de esta devoción: amor y reparación. Amor, por lo mucho que Él nos ama. Reparación y desagravio, por las muchas injurias que recibe sobre todo en la Sagrada Eucaristía.
Algunas formas de vivir esta devoción:
Devoción de los Nueve Primeros Viernes
Una de las prácticas principales vinculadas a la devoción del Sagrado Corazón es la devoción a los nueve Primeros Viernes de mes, la cual se deriva de una de las doce promesas que el Corazón de Jesús hizo a Santa Margarita María. La Iglesia siempre ha consagrado los viernes a nuestro Señor Jesucristo, en conmemoración de su dolorosa Pasión.
Escapulario del Carmen
El 16 de julio de 1251 la Virgen se apareció al fraile carmelita san Simón Stock y le entregó el escapulario. El escapulario carmelita tiene una imagen del Sagrado Corazón en un lado y una imagen de la Virgen del Carmen en el otro.
Detente
Margarita María escribió, el 2 de marzo de 1686, que Jesús le había dicho que había que hacer placas del Sagrado Corazón de Jesús para poner en las casas y otras más pequeñas para llevarlas puestas. Las insignias con el Sagrado Corazón en un trozo de tela, a modo de escapulario, son conocidas como «detentes». Es habitual que tengan escrito: «Detente, el corazón de Jesús está conmigo».
La entronización del Sagrado Corazón de Jesús en las casas
La Entronización es una consagración de la familia al Sagrado Corazón de Jesús y manifiesta el propósito de reconocerlo como Rey de esa sociedad, colocándolo simbólicamente en un trono. Nuestro Señor hizo dos promesas, dentro de las doce, a Santa Margarita María Alacoque que se relacionan directamente con la familia y la Obra de la Entronización: 1) Daré paz a sus familias; 2) Bendeciré las casas en que la imagen de mi Corazón sea expuesta y honrada.
Celebración litúrgica
La celebración litúrgica del Sagrado Corazón de Jesús es una solemnidad que se festeja el viernes posterior al segundo domingo después de Pentecostés, es decir, el viernes posterior al domingo del Corpus Christi.
Además, todo el mes de junio está dedicado por la piedad cristiana al Corazón de Cristo.
Las 12 promesas que Jesús hizo a Santa Margarita para todos los devotos a su Sagrado Corazón
A las almas consagradas a mi Corazón, les daré las gracias necesarias para su estado.
Daré la paz a las familias.
Las consolaré en todas sus aflicciones.
Seré su amparo y refugio seguro durante la vida, y principalmente en la hora de la muerte.
Derramaré bendiciones abundantes sobre sus empresas.
Los pecadores hallarán en mi Corazón la fuente y el océano infinito de la misericordia.
Las almas tibias se harán fervorosas.
Las almas fervorosas se elevarán rápidamente a gran perfección.
Bendeciré las casas en que la imagen de mi Sagrado Corazón esté expuesta y sea honrada.
Daré a los sacerdotes la gracia de mover los corazones empedernidos.
Las personas que propaguen esta devoción, tendrán escrito su nombre en mi Corazón y jamás será borrado de él.
A todos los que comulguen nueve primeros viernes de mes continuos, el amor omnipotente de mi Corazón les concederá la gracia de la perseverancia final.