Lectio divina
En los tiempos fuertes (Adviento, Cuaresma y Pascua) organizamos en la misma parroquia una mañana de retiro utilizando el método de la Lectio divina (profundizar en la Palabra de Dios). Es una actividad abierta a la que pueden incorporarse las personas que quieran.
Además, una vez al año hacemos Ejercicios Espirituales un fin de semana, en una casa de ejercicios.
La Lectio Divina es algo importante en la vida espiritual. Es esa lectura lenta y atenta de las Escrituras que nos permite ver cómo Dios nos habla cada día de nuestra vida. Es una escucha con los ojos y el corazón.
CUATRO PASOS: Lectura-Meditación-Oración-Contemplación
- Toma tu Biblia y empieza a leer hasta que una frase o una palabra te llame la atención, te atraiga. No se trata de leer solo por curiosidad o por saber más, sino de despertar tu corazón a la oración.
- Medita con tu boca y tu corazón, repite esa palabra o frase incansablemente en voz alta o calladamente. No intentes entenderla solo con tu cabeza, permite que esas palabras caigan dentro de tu corazón y de tu mente, que se conviertan en parte tuya. Al hacer esto, saborea y gusta las palabras que repites, déjate empapar por ellas. Cuando lo hayas hecho durante un rato, habrás saboreado suficientemente su contenido.
- Ahora es el momento de empezar la oración. Ora espontáneamente diciéndole al Señor lo que esa frase o esas palabras van sugiriendo dentro de ti, lo que te han dicho de Él, de ti mismo, de la realidad. Observa lo que van haciendo surgir dentro de ti.
- Por último, limítate a estar en silencio delante del Señor todo el tiempo que puedas permanecer sin distracciones. Este es el momento que la tradición monástica ha llamado contemplación. Cuanto más profundo sea el silencio en tu corazón, más fuerte será el impacto de la Palabra de Dios en tu ser.
“Orar no significa sólo que podemos decir a Dios todo lo que nos agobia. Orar significa también callar y escuchar lo que Dios nos quiere decir”. San Juan Pablo II